En las mañanas recién amanece, me saluda cuando paso a su lado, roja, con la sonrisa contenida. No presto atención a otras, pues ella me parece la más bonita de mi casa. Creo que me lo agradece entre silencio y disimulo. Y ahora que llega el buen tiempo, me gusta sentarme en el patio al sereno, cuando su perfume me llena de verano y de noches que están por llegar.
Los días de lluvia se pone guapa. Con la cara
recién lavada, la miro y solo puedo lamentar que pronto me dejará, pues es la
única flor que ha brotado en mi patio esta primavera.
Foto: Logan Adermatt
Me encantan tus relatos.
ResponderEliminarMuy bonita descripción. Gracias por compartir.
ResponderEliminarBonito, bonito!
ResponderEliminarBesotes!!!
Muy bonito, esta vez me he dado cuenta desde el principio de lo que se hablaba, yupi!!! :-D
ResponderEliminarLa belleza de lo efímero ;)
ResponderEliminarBesos (¿cómo va la crisis lectora?)
Precioso, con pocas palabras as definido muy bien el fugaz momento de lo pasajero.
ResponderEliminarBesos.
Puri
Muito lindo, gosto do que escreve em poucas palavras com beleza
ResponderEliminarBom domingo
Gracias a todos por la lectura y los comentarios!
ResponderEliminarBesos!
A pesar de ser un microrrelato, desde luego sabes hacerme sentir mal por una pobre flor... Aunque yo peco ya de sentirme mal por seres vivos minúsculos, gajes del oficio jajaja
ResponderEliminarHa sido un relato precioso, yo me plantearía detener el tiempo para no perder a esa flor.
Un saludo :)
preciosísimamente precioso!!
ResponderEliminardaré un paseo al Peñón del Cuervo..? ahora que llega el verano...
ResponderEliminarYo tampoco tengo buena mano para las flores.
ResponderEliminarSaludos! :)
Chapó :)
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